A la pérdida total o parcial del contacto con la realidad que experimentan algunas personas la llamamos psicosis o brote psicótico. Raras veces aparecen en nuestra consulta de psicología en Barcelona por ellos mismos, sino que suelen venir acompañadas por un familiar. Habitualmente es la madre o la pareja que se pone en contacto con nosotros para exponer el problema que está generando en casa y en otros ámbitos de relación su hijo o el familiar que está sufriendo los síntomas de un brote psicótico. Por esta razón en este artículo os vamos a explicar qué es un brote psicótico, las causas que lo generan, quiénes pueden sufrirlo, cómo ayudar a la persona que sufre de un brote psicótico, el tratamiento desde la terapia breve estratégica y diferentes casos reales de pacientes.
¿Qué es un brote psicótico?
Un brote psicótico es cuando un sujeto cree algo que atenta a su vida que no es real e intenta escapar, huir como sea. Presentan un miedo aterrador porque por ejemplo están convencidos que todo el mundo está en su contra, que quieren hacerle daño, que quieren matarlo o ponerlo en la cárcel, etc.
El brote psicótico puede presentarse con estos pensamientos que le llamamos delirios o también ir acompañados de alucinaciones auditivas o visuales. Después de este episodio tan estresante para el paciente luego suelen presentar sintomatología ansiosa-depresiva.
La persona que sufre un brote psicótico hay que contenerla porque está en riesgo de hacerse daño. Porque huyendo de lo que cree que le persigue puede tener un accidente. Las personas psicóticas no son peligrosas, solo en pocos casos según el delirio que están teniendo podrían hacer daño a las personas que cree que están conspirando contra él para defenderse.
Causas de un brote psicótico
El origen o causa del brote psicótico puede ser muy diverso, por lo cual, en la sesión deberemos explorar si es debido a:
- Una enfermedad médica
- Consumo de sustancias
- Una situación compleja que no ha sabido solucionar el afectado (accidente, guerra, muerte de una persona muy allegada, …)
- Ser el chivo expiatorio de un familia, etc.
¿Quién puede sufrir de un brote psicótico?
Parece que hay un cierta predisposición genética a padecerlo, unido a factores ambientales que pueden desencadenar la presencia de brotes psicóticos.
Personas que sufren de trastorno paranoide, trastorno límite de personalidad sino realizan tratamiento psicológico y psiquiátrico, pueden sufrir de varios brotes psicóticos a lo largo de su vida.
Pero cualquier persona sin un trastorno mental previo puede llegar a sufrir un brote psicótico si como hemos comentado anteriormente, vive una situación emocional muy estresante, o bien estresa a su cuerpo consumiendo drogas.
Qué terapia necesita la persona que sufre de un brote psicótico
En estos casos necesitamos activar tanto la terapia farmacológica como la psicoterapia. En un primer momento, suele ser primordial empezar la terapia farmacológica porque sino es difícil que puedan adherirse y beneficiarse de un proceso psicoterapéutico sin antes estabilizar el paciente. Pero en otros casos, eso no será posible porque la desconfianza, es decir, la paranoia que presentan también afecta a los médico y más los psiquiatras, por ejemplo algunos piensan: “entre todos me quieren volver loco, ese es su plan”. En este caso, la familia es la que debe de iniciar el tratamiento psicoterapéutico para que con terapia indirecta ayuden a su familiar.
Si no lo abordamos con terapia farmacológica y con psicoterapia el brote psicótico puede derivar en: Esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme, trastorno esquizoafectivo, trastorno delirante o trastornos psicóticos no especificados… Se presentan en la consulta con un relato en el que la persona vive dolorosamente la situación como si fuese real lo cual le lleva a actuar de manera muy contradictoria y en contra suya.
Ejemplos de un caso de brote psicótico
Primer caso
Es el caso de un hombre que llega a la consulta acompañado por su esposa. Vive atormentado porqué dice que hace 25 años le fue infiel, aunque ella le insiste en que le perdona esto no es suficiente para él. Sigue un relato desorganizado en el que dice que creía que la hija de ambos no era de él, que su mujer le engañaba … A continuación, cuenta sus sospechas de que los policías le están investigando porque hace 25 años subió en autostop a una niña de unos 14 años, aunque no pasó nada… Por la mañana cuando sale de casa hay policías de paisano controlándole, y de camino al trabajo siempre hay algún coche de los policías que le sigue… Todo lo vive de manera muy real y refiere que ya no puede cantar en el coche como hacia siempre pues está pendiente de si le siguen. Desesperado un día acude a la comisaria de la policía para preguntar si hay alguna orden de seguimiento sobre él, la respuesta negativa de la agente que le atendió le genera más desconfianza e inseguridad. Podemos apreciar un discurso desorganizado, pensamientos autoreferenciales, ideación paranoide, teoría de la conspiración, actos que van en contra de su propio bienestar, síntomas positivos y negativos que nos llevan a la hipótesis del brote psicótico.
Segundo caso
En otro caso, la madre se pone en contacto on-line para relatar una situación complicada que ella define como manía persecutoria de su hijo de 38 años. Cuando él hijo tenía 8 años los padres se separaron. No bebe ni fuma ni consume sustancias. Tiene paranoias de persecución. Aunque era muy hablador ahora apenas se comunica y se aísla. El padre que sufría de dependencia al alcohol y de paranoias murió hace pocos años. El hijo estando una noche en el apartamento heredado del padre tiene unas percepciones extrañas que cada vez más se van apoderando de su vida modificando sus relaciones negativamente.
Ante este relato le pido a la madre que convenza al hijo para tener una sesión on-line. El acepta y refiere que últimamente su situación se ha agravado, que está en una continua confrontación. Si le pinchan la impulsividad suya salta. Escucha voces que le chillan sobre las cosas que piensa. Un machaqueo continuo las 24 h. En la comunidad donde vive se rompió la paz. No está bien con los vecinos. Hay personas que chillan cuando pasa él, si él no pasa no chillan. En la calle tiene acoso con miradas fuertes, advertencias, mensajes, amenazas de muerte… Los coches le acosan cortando su camino cuando trabaja. Tiene que controlar su impulso. Hay una conspiración. El es una persona predecible a la que le gustan las rutinas. A su ex novia le pasa lo mismo, que oye voces, que la persiguen los … Tiene estudios de grado superior -FP II.
La sintomatología positiva y negativa que se evidencia en el caso junto a la impulsividad reactiva aconsejan a una intervención rápida para que el psiquiatra prescriba terapia farmacológica y así evitar posibles acciones heteroagresivas.
Tercer caso
En otro caso, la madre acude a la consulta ante la preocupación que su hijo Jaime tenga comportamientos autolíticos. Refiere que hace unos cinco años tuvo un accidente de moto (ella compró la moto) con afectación del lóbulo frontal según el neurólogo. Traumatismo craneoencefálico, tres días en coma. Jaime tiene un comportamiento agorafóbico y se niega a salir de casa. El ritmo circadiano completamente alterado. Un cambio de residencia ha acentuado más la sintomatología.
La madre consigue que acepte hacer una sesión de psicoterapia en la que Jaime refiere que lo está pasando muy mal. Escucha voces. Las paredes hablan. Alucinaciones visuales y auditivas exageradas. Voces que le insultan. Refiere que se siente apagado. Ha aprendido a estar en soledad, a estar como en una cárcel. El problema lo tengo yo dentro de mi refiere. Mediante Internet tiene contactos internacionales que pueden ser perjudiciales ya que le llevan a proyectos irreales.
Cuarto caso
Un joven de 18 años estaba saliendo de fiesta con sus amigos de siempre. Ese día deciden ir a casa de uno hacer un botellón y probar por primera vez un pastel de marihuana. En esa noche donde el paciente por primera vez combinó el alcohol con el pastel de marihuana refiere que empezó a sentir muchísimo miedo y a pensar cosas terribles sobre sus amigos. Se sintió como si esa fuera la hubieran preparado los amigos para tenderle una trampa y hacerle daño. Sintió que estaba en peligro y que debía de huir rápidamente. Como pudo logró irse de esa fiesta. Al llegar a su casa los padres refieren que ya no llegó su hijo de siempre, llegó como otra persona porque presentaba otra mirada, otra expresión, otros andares. Tuvo un ataque de pánico y lo llevaron a urgencias. De allí, ya salió con la pauta de medicación de un ansiolítico y un antipsicótico y con las visitas de seguimiento psiquiátricas programadas.
Llegó a casa después de ir a urgencias y se encerró en su habitación. No quería hablar con nadie ni con sus padre, ni con su querida hermana, ni con su mejor amigo.
Los primeros en venir a psicoterapia fueron los padres para idear una estrategia para traerlo a psicoterapia y para saber cómo podían ayudarlo. Realizaron terapia indirecta, dónde aprendieron a cómo podían sacarlo de su habitación, que volviera a comer con ellos, ayudarlo a que se volviera asear, a hablar, y en definitiva, ayudarlo a que saliera del brote psicótico lo antes posible, etc.
En consulta explicaba que ya no se fiaba de nadie. Tenia miedo por su vida. Creía que uno de sus amigos había planeado envenenarlo o provocar un accidente y no tenía claro si su familia también estaba implicada en el tema.
Cómo ayudar a una persona con un brote psicótico
Cuando aparece sintomatología positiva i/o negativa como la que se relata en estos tres casos, como debemos actuar:
- Debemos de acudir a un psicólogo para que nos aconseje. Seguir las recomendaciones y los tratamientos prescritos por el psiquiatra y el psicólogo.
- Mantener la esperanza que los tratamientos pueden hacer que remita total o parcialmente el brote psicótico y ayuden a la persona a estructurarse en la relación consigo misma, con los demás y con el mundo.
- La emoción expresada por los familiares de estos casos es la culpa. Sentirse culpable del trastorno lleva a una sobreinvolucración que acaba siendo negativa para el desarrollo de la enfermedad.
- La familia debe acudir a la consulta para conocer como funciona el brote psicótico que padece su familiar y desde el entendimiento del trastorno o enfermedad poder ayudarle mejor. Se recomienda la terapia familiar desde la Terapia Breve Estratégica. La calidez en el trato y estrategias de afrontamiento adecuadas ante las situaciones tensas como: que el paciente vaya a pasear al perro, a preparar un café, que vaya a otra habitación a mantener los diálogos con las voces que escucha…
- Reconocer la realidad de las experiencias del paciente, dejando claro que no las compartimos, nos permite afrontar con calidez las situaciones tensas que se producen en la convivencia con las personas afectadas por trastornos derivados de brotes psicóticos.
Nando Roig. Psicólogo especialista en Terapia Breve Estratégica del Centro de Psicología en Barcelona Júlia Pascual. Profesor y tutor de la Universidad Oberta de Catalunya, UOC.